A medida que envejecemos y especialmente en las fases de estrés crónico (que hoy ya son normales), podemos apoyar el rendimiento de nuestro cerebro con la ayuda de grasas buenas, aminoácidos, minerales, vitaminas y plantas medicinales.
Los productos de esta selección mejoran la circulación sanguínea, fortalecen la concentración y la memoria y ayudan a minimizar la fatiga y la tensión. Tienen un efecto positivo en la demencia/Alzheimer, así como en el TDAH y la depresión y ayudan a mejorar su resistencia natural al estrés.